Serie Explorando El Vedado
Esta importante vía del Vedado habanero es una de las principales avenidas de la ciudad y de las más transitadas también. Hogar de importantes teatros y centros culturales de La Habana se cruza con otras de igual renombre como la Avenida de los Presidentes (Calle G) y Paseo.
Por la calle Línea circulaban los trenes que partían de La Punta y más tarde, hacia la segunda mitad del siglo XX, los tranvías. Del tren quedó solo la línea y a este detalle debe su nombre. En 1918 se le nombró Avenida del Presidente Wilson y para la década del 50, Doble vía General Batista, pero como las tradiciones son muy fuertes y a veces superan hasta la ley, volvió a su nombre original: Línea.
El Malecón como punto de partida
La avenida surge en el Malecón. En esa intersección se alza el Monumento en Memoria de las Víctimas del Maine. Fue construido en 1926 por el arquitecto Félix Cabarrocas, para honrar a los 266 marineros muertos en la misteriosa explosión del acorazado Maine, en el puerto de La Habana, en 1898. Este hecho sirvió de pretexto a los Estados Unidos para declarar la guerra a España y apoderarse de los restos de su imperio colonial en América.
En 1959 fue derribada el águila que coronaba el monumento, como también fueron retirados los bustos de William McKinley, Theodore Roosevelt y Leonard Wood. En sustitución se incluyó un texto en honor a las víctimas del atentado que se encuentra situado en la base del monumento. La película cubana “Memorias del Subdesarrollo”, de Tomás Gutiérrez Alea, retrata con particular interés este momento.
La calle en las noches habaneras
En la calle Línea se encuentran varios de los teatros más importantes de la ciudad; uno de ellos es el Bertolt Brecht, localizado en las proximidades de Línea entre las calles H e I. Es un centro recreativo - cultural, casa de estreno para la mayoría de las obras de teatro de gran de relevancia en La Habana.
Aquí se mezclan las artes escénicas con la música porque, luego de concluidas las funciones, el escenario recibe a numerosos músicos con sus instrumentos. Es un lugar perfecto para disfrutar de una obra de teatro y, sin tener que alejarse mucho, volver en unas horas para un concierto que de seguro hará terminar la noche con una sonrisa inevitable.
También se encuentra el Teatro Mella, entre las calles A y B. El recinto es epicentro de grandes certámenes como el Festival Internacional de Ballet, el Festival Internacional de Teatro, el Festival del Humor en Cuba, conocido como "Aquelarre", y el Festival Boleros de Oro. Es considerado uno de los más bellos de La Habana y forma parte del patrimonio escénico cubano por su perfeccionamiento técnico en la acústica, visibilidad, iluminación, seguridad, estilo constructivo, diversidad de ofertas y elenco artístico.
A su lado se encuentran los Jardines del Mella, espacio en el que siempre encontrará una bebida para refrescar, en un ambiente con abundante vegetación y urbano a la vez.
En Línea existen otros espacios que animan la vida cultural de la ciudad: el Centro Cultural Raquel Revuelta; el Cine Trianón, considerado la casa del afamado grupo de teatro "El Público", y La Casona de Línea, en cuyo patio tiene lugar un encuentro con la trova cada domingo. Si desea disfrutar de un ambiente tranquilo y trovadoresco, este lugar es el indicado.
En la esquina de la calle Línea y Avenida de los Presidentes se encuentra el Museo Nacional de la Danza. Concebido y auspiciado por Alicia Alonso abrió sus puertas en 1998. Cuenta con una amplia colección de manuscritos, fotografías, grabados, vestuarios, carteles, bocetos de trajes y decorados, ediciones bibliográficas raras, pinturas, esculturas, entre muchas otras piezas que, en su conjunto, ilustran varios siglos del arte danzario en Cuba.
En otra de las esquinas de dicha intersección se encuentra la hemeroteca perteneciente a la Biblioteca de la Casa de las Américas, reconocida como una de las más abarcadoras de su tipo en el contexto latinoamericano y caribeño. Actualmente en restauración cuenta con una significativa y diversa colaboración de intelectuales, académicos, instituciones y universidades del mundo quienes han contribuido al desarrollo de sus colecciones.
Donde comienza el túnel termina la calle
La calle Línea tiene la peculiaridad de acoger al famoso túnel de igual nombre. En la construcción del mismo se invirtieron más de cinco millones de pesos valorados en la primera mitad del siglo XX. Fue una obra que se desarrolló gracias a la expansión de La Habana hacia el oeste y a la necesidad de mejorar las comunicaciones con esa parte de la ciudad, obligaba a hacerlo a través del Río Almendares.
Se analizaron las variantes de un puente o un túnel, pero la realización del primero resultaba excesivamente costosa y un empeño de esas características requería de una inversión similar a la de un túnel. Comenzó a construirse durante el mandato del presidente Carlos Prío y fue Fulgencio Batista quien lo inauguró, en 1950. Por cada conducto transitan actualmente 2,500 vehículos cada hora. Hoy en día continúa siendo símbolo distintivo de la calle Línea.
Desde el Malecón hasta el río, la calle Línea
Si está cerca del Malecón, no pierda un atardecer desde la terraza del Bar El Encuentro, en Línea y L, o al final de esta avenida, a solo unas cuadras de la Fábrica de Arte Cubano. Línea es de esas calles que inevitablemente hay que recorrer en La Habana porque es responsable de dar vida a buena parte de las tardes y noches habaneras. Un recorrido que bien merece la pena; se lo aseguro.
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