miércoles, 27 de marzo de 2019

El Gato Tuerto un bar histórico en La Habana

 


Quiero proponerte una visita a uno de los sitios más buscados en El Vedado, muy cercano a Casa Jardín Habana, situado entre los hoteles Nacional de Cuba y NH Capri, justo enfrente del Malecón y a tan solo una manzana del emblemático Edificio Focsa, el Gato Tuerto es un bar histórico que ha conservado todo su carácter y encanto, y sin duda uno de los polos musicales y de la noche habanera.

Este local, como muchas partes de La Habana, pulsó el botón de pausa en los años 50 y se despertó sin una sola cana.


Es uno de esos sitios donde parece que el tiempo se haya detenido años atrás, cuando todo era más sencillo y la gente no tenía tanta prisa.

Como una farmacia de guardia, así me viene a la mente este local del Vedado. Si necesitas una dosis de música en directo, el Gato Tuerto siempre está. Pocas veces al año te encuentras la sala en silencio. No necesita una cruz verde iluminada a todas horas. Hasta él se acercan los extranjeros y los habaneros.


Aquella frase que se lee en todas las guías turísticas sobre el “marco incomparable” sospechamos que se acuñó por el Gato Tuerto. Beberse un cóctel en una antigua casita con una terraza y un patio interior que no tienen rival te hace escalar 60 escalafones de golpe en la escala de Richter.

Este local de dos plantas dispone de unas cómodas sillas para unas mesas bien distribuidas, a una distancia prudencial para que los comensales no se molesten, una luz tenue, paredes cubiertas de espejos, un pequeño escenario y un excelente servicio.


Inagurado en 1960, el Gato Tuerto era el punto de reunión y tertulia de los intelectuales y artistas habaneros más bohemios, y uno de los motores de la vida cultural en La Habana. Hoy en día es un imprescindible de la noche habanera y su clientela está compuesta por una interesante mezcla de turistas y cubanos.

En el Gato Tuerto la invitada de honor, noche tras noche, es siempre la mejor música en vivo, interpretada por algunas de las mejores bandas de son y cantautores de Cuba.

A diferencia de las grandes salas de conciertos, los cantantes están muy próximos al público, dando sensación de cercanía.

Jazz, blues, funk, reggae se pueden escuchar cada día, depende del grupo. Por estas paredes han pasado la mayoría de músicos del país. Unos dieron sus primeros conciertos y otros han vuelto a tocar al Gato Tuerto cuando creían que fuera había demasiado ruido.

Un sitio pequeño, pero con grandes artistas y riquísimos mojitos, ideal para acercarse a la simpatía cubana y, quizás, animarse a bailar (aunque la competencia es dura).

Es aconsejable ir temprano si lo que se pretende es conseguir una mesa, ya que suele llenarse, sobre todo a partir de las 23h, tanto por turistas como por lugareños que huyen de las discotecas masificadas.

En la segunda planta encontramos un restaurante que no necesita demasiada altura para ofrecer una de las mejores vistas de la ciudad. Un equipo profesional pero cercano prepara una cocina cubana y de mercado. La decoración vintage, repleta de detalles, y las noches llenas de música, junto con una terraza donde se sirven los mejores mojitos de la zona, garantizan una experiencia única. Creerás que estás en el paraíso: ¡La Habana es tan bonita desde aquí arriba!

Ya sabes, si quieres disfrutar de una noche en El Gato Tuerto un bar histórico en La Habana, solo tienes que decirlo y te ayudaremos durante tu visita a La Habana. Solo tienes que reservar con nosotros y te ayudaremos a gestionar un carro antiguo descapotable y servicio de guía local. Te esperamos

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