Serie Explorando El Vedado
En una publicación anterior te contaba sobre la Rampa, que es como se conoce el tramo de la Calle 23 entre el Malecón a la calle L. Pero la Calle 23 es mucho más.
Anteriormente te dije que la Calle 23 es la arteria que sube y sube por El Vedado y que permite comprender este rincón habanero con hábitos de megaurbe, rascacielos, hoteles, ministerios, bancos, bares y restaurantes, parques y locales nocturnos.
Aquí se puede comprar refrigerios por doquier, particularmente “fast-food” criolla en paladares y cafeterías, así como pizzas baratas, con mucha harina y poco tomate.
Eso (y muchísimo más) es 23: un lugar donde es fácil perderse y sentirte dentro de una aventura, una locura y un remanso de paz, todo depende de donde estés y del momento del día.
Hoy quiero proponerte terminar de recorrerla. Comenzando en la esquina de 23 y 12; que calurosa, emblemática, concurrida y cultural, es, sin dudas, uno de los puntos neurálgicos de La Habana.
Nos recibe un enorme cartel frente a la cafetería La Pelota, es alusivo al día en que Fidel Castro se declaró el carácter socialista de la Revolución Cubana y a los hechos de Playa Girón, en 1961.
En una de las columnas del edificio desde donde se pronunció el discurso se realizó un conjunto escultórico como recordatorio a las palabras escuchadas aquel día. En el relieve se reconoce a Fidel Castro, en disposición de lucha, acompañado por el ejército revolucionario y el pueblo cubano.
La icónica imagen se reproduce en millones de bolsos, collares, pullovers y banderas y es la que mejor ha guardado el recuerdo y la esencia del Che Guevara para la posteridad.
El Instituto de Arte de Maryland (Estados Unidos) la denominó “La más famosa fotografía e icono gráfico del mundo en el siglo XX”.
En la esquina adyacente se encuentra la Pizzería Cinecitta, un sitio de comida italiana que todavía se cobra en pesos cubanos. Es un clásico capaz de provocar largas colas. Sus pizzas lo merecen.
Este edificio es también es la sede del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), responsable de la producción cinematográfica en el país.
La institución cuenta con una cinemateca que todas las semanas exhibe filmes clásicos de todos los tiempos. Allí se localiza el Cine Chaplin, sala donde se realizan generalmente los estrenos de las películas cubanas.
El adyacente Café Fresa y Chocolate es uno de los lugares de encuentro de los agitadores culturales habaneros, especialmente los miércoles por la noche, cuando toca un excepcional cuarteto de clarinetes.
Justamente frente al edificio nos toparemos con el Cine Charles Chaplin, una cinemateca perteneciente al ICAIC que todas las semanas exhibe filmes clásicos de todos los tiempos y donde se suelen realizar los estrenos de las principales películas cubanas.
Y si de cine se trata, si continuamos caminando por la calle 23 nos toparemos con el Cine 23 y 12. Además de la proyección de filmes, se realizan espectáculos infantiles y actividades para los más pequeños con payasos, magos y titiriteros.
Si sigues el ascenso por la calle 23 conocerás la traza primigenia y residencial de El Vedado, cuyas mansiones bebían de las influencias arquitectónicas que llegaban desde los cuatro puntos cardinales del planeta, ya fueran mansiones neoclásicas de Boston o fachadas modernistas de Barcelona.
En 23 también se encuenta la conexión wifi más famosa de la ciudad. A ambos lados de la calle, verás gente conectada a Internet con sus teléfonos móviles y ordenadores portátiles. Se trata de una nueva percepción de una Habana tecnológica.
El Cementerio de Colón está repleto de rincones bucólicos, algunos de ellos olvidados, donde el silencio y la paz dibujan otra mirada de la vida. Recorrerlo permite dar un emotivo paseo, rodeado de arte funerario y lleno de anécdotas históricas, de la mano de los antepasados de la ciudad.
En la cercana colina Aróstegui está situada la Universidad de La Habana, un complejo neoclásico inspirado por el Partenón griego y presidido por la majestuosa escultura del Alma Mater.
Justo enfrente se encuentra el Museo Napoleónico, que atesora una colección de más de 7.000 objetos relacionados con Napoleón Bonaparte, acumulada por el magnate azucarero Julio Lobo.
Ya sabes, si quieres disfrutar Calle 23, solo tienes que decirlo y te ayudaremos durante tu visita a La Habana. Solo tienes que reservar con nosotros y te ayudaremos a gestionar un carro antiguo descapotable y servicio de guía local. Te esperamos
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