viernes, 15 de marzo de 2019

La Rampa en el Vedado


Serie Explorando El Vedado

Amigo, te traigo una excelente propuesta para que la disfrutes durante tu visita a La Habana: La Rampa que es solo una parte de la Calle 23, una de las principales arterias de la capital cubana.

El Vedado es un barrio residencial como muchos otros, sí, pero con la diferencia de que está en Cuba, y en él se reúnen las dificultades y la resistencia que hacen único a este país.


A finales del siglo XIX, comenzó a mutar hasta convertirse en un laboratorio urbanístico que las influyentes manos norteamericanas moldearon hasta crear una especie de Las Vegas o Miami cubano.

Cines, casas coloniales, restaurantes, teatros y parques se mezclan en una planificación urbana internacionalmente reconocida.

La Calle 23 es la arteria que sube y sube por El Vedado y que permite comprender este rincón habanero con hábitos de megaurbe, rascacielos, hoteles, ministerios, bancos, bares y restaurantes, parques y locales nocturnos.

Aquí se puede comprar refrigerios por doquier, particularmente “fast-food” criolla en paladares y cafeterías, así como pizzas baratas, con mucha harina y poco tomate.

Eso (y muchísimo más) es 23: un lugar donde es fácil perderse y sentirte dentro de una aventura, una locura y un remanso de paz, todo depende de donde estés y del momento del día.

Con La Rampa pasa como con el Paseo del Prado o el Capitolio: si has estado en La Habana y no la has caminado, es como si no hubiera puesto un pie en la capital cubana.

En la entrada de 23 se encuentra la Fuente de la Juventud, un espacio muy concurrido en el que puedes sentarte y disfrutar de la brisa fresca de agua salada y la inigualable vista del litoral.

En la loma de Taganana se yergue el emblemático edificio Hotel Nacional de Cuba, que todavía conserva todo el esplendor de su arquitectura ecléctica, mezcla de rasgos Art Decó con otras influencias de los años 30. A lo largo de sus más de 80 años de historia el Hotel Nacional de Cuba ha atraido a centenares de celebridades de las artes, las ciencias y la política como el primer ministro británico Winston Churchill, los actores Frank Sinatra, Ava Gardner, Marlon Brandon, Robert Redford y Robert de Niro, los directores de cine Steven Spielberg, Oliver Stone y Francis Ford Coppola o científicos como el descubridor de la penicilina Alexander Flemming.

La Rampa es como se conoce el tramo de la Calle 23 entre el Malecón a la calle L. Es quizás la intersección más moderna de la urbe por el estilo de la arquitectura que predomina en la zona y los numerosos y nuevos negocios que abundan en sus alrededores.

La famosa Rampa capitalina es una colina de asfalto que desciende hasta besar el mar. Por la noche, sobre todo los fines de semana, es el punto de encuentro al aire libre de miles de jóvenes habaneros, que quedan aquí para hablar de música, tocar la guitarra y compartir experiencias.

Aquí el arte está, literalmente, a los pies del caminante, que desanda aceras decoradas con pinturas de leyendas como Wifredo Lam y Amelia Peláez.


Otro de los lugares más reconocibles de la Calle 23 es el Pabellón Cuba, un recinto concebido para ser la sede de la Primera Muestra de la Cultura Cubana en 1967.

A partir de ahí, esta zona desplazó a espacios como el Boulevard de San Rafael, y entronizó a El Vedado como el auténtico corazón de La Habana.

En un pequeño parque situado frente al Pabellón Cuba hay un mercado de artesanía en el que se pueden comprar todo tipo de regalos y souvenirs: guayaberas, camisetas, esculturas de madera, accesorios de cuero, joyas, bisutería, cuadros e innumerables objetos relacionados con el Che. No hay que dejarse impresionar por el precio inicial, pues los tenderos son duros, pero al final ceden ante un buen regateo.

A unos pasos está el Hotel Habana Libre, una imponente mole diseñada en 1958 por el conocido arquitecto de Los Ángeles Welton Becket para la cadena norteamericana Hilton. En el momento de su inauguración fue considerado el hotel más alto de Latinoamérica.

Tras la entrada de Fidel Castro en La Habana en enero de 1959, el hotel se convirtió en un importante centro de operaciones de la Revolución. A su último piso se puede subir para apreciar las vistas.
 

Al otro lado de la calle, en la esquina de 23 y L, se localiza el icónico Cine Yara. Construido por los arquitectos Emilio del Junco, Miguel Gastón y Martín Domínguez en 1947, está considerado uno de los pilares de la arquitectura moderna cubana.

Al caminar entre los edificios modernistas y la arquitectura de los años 50, tendrás la sensación de haber viajado en el tiempo.

A escasos metros de la aurícula izquierda de la popular esquina de las calles L y 23 se encuentra el Café Laurent, un ejemplo de que la calidad, originalidad y buen gusto pueden convivir en la gastronomía cubana actual. Cada uno de sus platos es una sorprendente obra maestra de colores, formas y sabores.

La Habana Sí es una buena tienda de discos musicales y suvenires, que se encuentra en la esquina de 23 y L, en diagonal al Cine Yara.

Una de las parcelas más idílicas de El Vedado es la ocupada por la archiconocida Heladería Coppelia, con sus desconcertantes formas futuristas y las sempiternas colas de cubanos que, con paciencia infinita, esperan su turno para tomar un algo que sea fresco y dulce, muy dulce.

La heladería Coppelia bien merece la (posiblemente) larga espera para hacerse con una copa de los sabores del día.

Si la cola te desanima, no desesperes: aquí comenzó la historia de amor de la película de Gutiérrez Alea “Fresa y Chocolate”… Nunca se sabe.

Ya sabes, si quieres disfrutar la Rampa, solo tienes que decirlo y te ayudaremos durante tu visita a La Habana. Solo tienes que reservar con nosotros y te ayudaremos a gestionar un carro antiguo descapotable y servicio de guía local. Te esperamos

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