Quiero proponerte un lugar ideal en La Habana: el Café Laurent. Muy cercano a nosotros, Casa Jardín, subiendo hasta la popular esquina de las calles L y 23 está situado, en un elegante ático de un bloque de apartamentos de los años 50, el Café Laurent. Es uno de esos lugares del pasado en medio de la ciudad que parece mentira que haya sobrevivido a los envites del progreso. Un sitio ideal para aquellos que realmente quieren conocer la verdadera Cuba.
Los propietarios del Café Laurent se llaman a sí mismos “interpretadores gastronómicos” porque intentan predecir y acomodarse al gusto del cliente.
El Café Laurent apuesta por una cocina cubana de autor elaborada con productos de temporada, próximos y de calidad. El restaurante ofrece una cocina auténtica que toma los productos de Cuba como referencia para sus interpretaciones.
El Café Laurent es un lujoso y sofisticado restaurante de alta cocina, una auténtica joya que está liderando la revolución gastronómica habanera. Cada plato es una sorprendente obra maestra de colores, formas y sabores.
El local nos propone varios ambientes bien diferenciados. Por un lado un salón interior muy elegante con páginas de periódicos y revistas decorando las paredes, y por otro una espléndida terraza, desde la que se disfrutan fantásticas vistas panorámicas de varias de las edificaciones más significativas de la ciudad, como el Hotel Habana Libre, el Hotel Nacional, el Focsa, el López Serrano, el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y por supuesto del mar, con sus barcos que entran y salen de la bahía.
Espacio amplio, sin agobios, con separaciones adecuadas, techos altos, mobiliario cómodo, mesas bien vestidas, menajes de gran calidad y una buena iluminación.
Cada plato es un placer para los sentidos, una obra maestra de colores y texturas y todo un ejemplo de la originalidad y buen gusto de la nueva gastronomía cubana.
El concepto es una impecable cocina innovadora pero muy cubana, con platos como el risotto de marisco, el jamón serrano, el pargo con almejas y gambas en salsa verde, el carpaccio de atún, el cerdo salteado con frutos secos o el cordero lechal a la tabaca (cordero asado a fuego lento con ajo, crema y reducción de menta). Producto máximo tocado de la mejor manera posible.
De postre, no te pierdas el biscotti de chocolate o el brownie, que se sirve acompañado con diferentes combinaciones de helado.
La atención que ponen en los platos lo hace diferente y superior a mucha de la oferta gastronómica existente en la ciudad.
El menú especial de los domingos, donde el chef ofrece lo mejorcito de su creatividad, es un placer de esos que todo el mundo debería concederse una vez en la vida, o si se puede, una vez al año.
Café Laurent apuesta por un servicio de mesas de calidad, con un equipo compuesto por personal joven, profesional y de delicado trato.
El restaurante es recomendado por varios críticos para cenas románticas.
Su inolvidable terraza es perfecta para tomar un algo felicitándose por conocer uno de los rincones más sorprendentes de La Habana. Para comer de maravilla, pasarse horas y horas de charla arreglando el mundo y quedarse en un estado de reposo cercano al ensimismamiento.
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